Jorge
Pasamos dos noches en casa de Kathryn y nos parecieron pocas. Kathryn y su familia son encantadores, y nunca nos faltó de nada. Nos ofrecieron su ayuda en todo momento y nos guiaron siempre.
La casa es perfecta, amplia y muy limpia. La cama nos pareció muy cómoda. La cocina tiene lo imprescindible y más que suficiente: no echamos de menos absolutamente nada. El baño, perfecto, con una amplia ducha. La terraza, un gustazo, con unas vistas espectaculares, tanto de día como en una noche despejada. Lo mejor, la estufa de leña: No pudimos disfrutar de la piscina porque fuimos en Abril y el tiempo no nos acompañó (esa es nuestra excusa para volver de nuevo en verano), pero relajarnos por la noche después de todo un día de excursiones, con un buen vino, junto a la chimenea.. eso no tiene precio.
Nos quedamos con ese bonito recuerdo, y esperamos volver muy pronto.